Larsen, técnico canadiense es el tercero que cae en la NHL durante la última semana. Con él también se marcha Manny Legace, preparador de porteros.
La nefasta temporada de los Columbus Blue Jackets ya se ha cobrado sus dos primeras víctimas. El técnico, Brad Larsen, y el preparador de porteros, Manny Legace, fueron destituidos de sus cargos.
Desde su fundación en el año 2000, la franquicia solo se ha clasificado en seis ocasiones para los playoffs, pero nunca ha ganado más de una ronda. Esta temporada, donde existían ciertas expectativas tras la verano de Johnny Gaudreau y Patrik Laine, los cañoneros han terminado en el Este con 59 puntos, solo uno más que el peor registro en la otra Conferencia, ostentado por los Anaheim Ducks.
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“Esta temporada ha sido un fracaso y todos nosotros tenemos la responsabilidad. Estas decisiones han sido difíciles y, teniendo en cuenta nuestro respeto por Brad y Manny como entrenadores y personas, no las hemos tomado a la ligera. Brad ha sido parte de nuestra organización durante más de una década y estamos muy agradecidos por su enorme trabajo y todas sus contribuciones, tanto fuera como dentro del hielo, en todo este tiempo. Le deseamos lo mejor”, explicó Jarmo Kekalainen, General Managers de los Blue Jackets.
Es justo decir que a Larsen no le ha acompañado la suerte. En total, sus jugadores se han perdido 563 partidos, récord en la historia de la franquicia. Además, cinco de ellos sufrieron lesiones que les obligaron a no regresar hasta la temporada que viene.
De todas las formas, el técnico canadiense no quiere poner excusas y sabe que este desenlace podía acontecer.
«Nada te coge por sorpresa en este negocio. Sé dónde hemos terminado. Y siempre que terminas en ese puesto, es una posibilidad que te pase esto. Nos podemos quedar en el por qué de lo sucedido, pero al final del día, tienes que respetar su decisión y mirar hacia delante», expresó Larsen en declaraciones a The Columbus Dispatch.
