Tras dos derrotas, Seattle Kraken se hace fuerte en casa y sigue vivo en la eliminatoria.
Los dos puestos de finalista de la conferencia oeste siguen vacantes a día de hoy, Dallas que venía enrachado tras encadenar dos victorias consecutivas con cierta suficiencia, no pudo certificar su billete para la penúltima ronda gracias a un partido de Seattle en el que mostró más ambición y porque no decirlo tuvo también su punto de suerte en el tercer periodo con dos tiros que encontraron el tubo en lugar de la red de Grubauer.
El Climate Pledge Arena de Seattle se ha convertido en un fortín por la afición y el equipo se siente arropado y seguro con su plan de juego
Seattle sabiendo que la derrota significó cerrar la temporada, salió a por todos desde el principio, presionando con intensidad a Dallas para forzarles a perder la pastilla y salir como alma que lleva el diablo a buscar la portería de Jake Oettinger.
Yanni Gourde conseguiría ser el primero en hacer rentable el plan de su equipo, con un disco capturado en la zona neutral para plantarse en la misma delantera de Oettinger y batirle con un tiro de muñeca.
Pero Dallas tiene un equipo de francotiradores y a la menor oportunidad que se les dé, aprovechan para perforar la portería contraria, y eso mismo hizo Mason Marchment apenas 30 segundos después para intentar enfriar el ambiente con el gol del empate.
Pero eso no distrajo a los hombres de Dave Hakstol, que aceptaron ese gol como un accidente y usaron jugando como si no hubiera decidido, por otro lado Dallas siguió sin encontrar las soluciones que le permitieran hilvanar juego y castigar más la portería de Philipp Grubauer.
El buen trabajo tiene recompensa y Jordan Eberle se hizo con el rebote de Oettinger a un tiro anterior de Eeli Tolvanen en el primer power play del que gozaban los Kraken, y cerró el primer periodo con ventaja.