La baja de Giannis Antetokounmpo no impidió a los Bucks asaltar el Scotibank Arena de Toronto. El conjunto de Adrian Griffin ofreció de hecho una de sus versiones más sólidas de este irregular inicio de temporada pese a la ausencia de su gran referente, y acabó llevándose el triunfo por 112-128 gracias en gran medida a la sensacional actuación de Damian Lillard.
El ex de los Blazers y la superestrella griega no parecen haber terminado de encajar aún, pero ambos han demostrado por separado estar sobradamente capacitados para dar victorias al equipo. En esta ocasión, Dame mostró su cara más explosiva, la que es letal atacando el aro y presume de su rango infinito en el tiro exterior, lo que le permitió recuperar algo de acierto (estaba en un 26,9% de acierto en triples) y llevar a los suyos en volandas. El bloqueo directo con Brook Lopez le dio infinitas oportunidades de ir hacia la pintura o ganar espacio, y una vez que esa primera ventaja estaba generada la ofensiva visitante fluyó como pocas veces este año.
Lillard terminó con 37 puntos y 13 asistencias, ejerciendo como director de unos Bucks que sepultaron a los Raptors a base de triples. Los de Wisconsin terminaron con 20 canastas de tres en su haber, 8 de las cuales llegaron de la mano de un letal Malik Beasley que firmó el que claramente fue su mejor partido desde su llegada. Con su 8/11 desde el perímetro, el escolta se fue hasta los 30 tantos y conformó una pareja letal con Damian, de la mano de la cual Milwaukee llegó a verse hasta 33 arriba en el marcador durante la segunda mitad.
Toronto, que se ha abonado a las remontadas este año, trató de buscar la épica y la grada local intentó crear un clima propicio cuando vio a los suyos colocarse a solo 13 puntos de diferencia durante el último cuarto, pero la reacción visitante fue rápida y eficaz. Y es que, al margen de Scottie Barnes, no era la noche de los canadienses. El ala-pívot terminó el choque con 29 tantos, 9 rebotes y 7 asistencias, pero el apoyo que encontró por parte de sus compañeros fue muy escaso como para evitar la fiesta de los Bucks.
En cierto sentido la defensa de los de Wisconsin pareció algo más comprometida, mejor coordinada y más cerrada sobre la pintura que en noches anteriores, pero los locales tampoco terminaron de ser una amenaza seria como para ponerla a prueba. Sin OG Anunoby, los de Rajakovic echaron en falta algo de acierto exterior con el que castigar las opciones generadas, pues con su pobre 9/33 apenas pudieron sumar desde el perímetro y su producción ofensiva fue bastante escasa. Lo habría sido aún más sin sus 26 rebotes ofensivos, con los que arrollaron a Milwaukee en este aspecto, pero ni así pudieron mirarles de tú a tú.
Fuente: NBAmaniacs