Un bajo desempeño en la serie regular, lo económico y una sugerencia del presidente del Licey llevó al retiro del equipo verde.
En la época donde predominaba el imperio del “Conchoprimismo beisbolero” sucedió este hecho sin precedentes en la historia del béisbol profesional dominicano.
El 3 de enero de 1957, los Tigres del Licey dominaban el torneo “Reelección Presidente Trujillo”, con 25 victorias, seguidos por los campeones Leones del Escogido a dos juegos. Las Águilas Cibaeñas en tercero y las Estrellas Orientales en el “oscuro y frío sótano”.
La debacle de las Estrellas preocupaba a los directivos de los tres equipos, y para no seguir acarreando grandes pérdidas, el 3 de enero de 1957, el colectivo de San Pedro de Macorís decidió retirarse, atendiendo a una propuesta del presidente del Licey, ingeniero Manuel Alsina Puello, que le sugirió a la directiva de las Estrellas la retirada “con el fin de beneficiar al torneo en vista de las pobres posibilidades de ir al play off, y de mejorar la situación económica”.
La propuesta del presidente de Licey contó con la autorización del licenciado Jaime Vidal Velázquez, presidente de la Liga Dominicana de Béisbol.
La proposición de Alsina Puello fue aprobada a unanimidad por los demás miembros de la Liga y el presidente de las Estrellas Orientales, Rafael Antún, aceptó y ofreció los peloteros del club a los demás equipos.
El presidente de los Leones del Escogido, Francisco Martínez Alba, aún sin redactarse la decisión de las Estrellas requirió los servicios de Alfredo -Chico- Conton y el Licey los de Papito Mateo. La respuesta no se hizo esperar y el presidente de las Águilas Cibaeñas, ingeniero Juan B. Sánchez Correa, objetó el sistema de reclamación de los jugadores.
El presidente de los Leones del Escogido, Francisco Martínez Alba, aún sin redactarse la decisión de las Estrellas requirió los servicios de Alfredo -Chico- Conton y el Licey los de Papito Mateo. La respuesta no se hizo esperar y el presidente de las Águilas Cibaeñas, ingeniero Juan B. Sánchez Correa, objetó el sistema de reclamación de los jugadores.
Sánchez Correa propuso que el reclutamiento debía hacerse por el equipo que ocupaba el tercer lugar, por lo tanto, a las Águilas le tocaba pedir a Chico Conton. El reparto no prosperó, porque las Estrellas no estaban dispuestas a perder el derecho de reservas sobre dichos jugadores.
En el inicio de la Época de las Luces, 1955-56 las Estrellas de Oriente, terminaron en el sótano con registro de 11-42, y en 1956-57 el mismo lugar con 10-44.
En estos dos primeros torneos los paquidermos pasaron las de Caín: 21 victorias y 86 derrotas.
Estos pasajes de turbulencias en el béisbol dominicano son cosas del pasado, aunque algunas veces hay relámpagos de ese pretérito histórico.
Fuente: Bienvenido Rojas (Diario Libre)