Son días optimistas para un equipo que volvió a creer. Después de dos ciclos mundialistas con más frustraciones, polémicas y tristezas que alegrías, Luis Enrique encauzó a un país que pretende revivir los días de gloria que celebró hace más de una década. Protagonista en los tres torneos continentales que afrontó tras su eliminación en Rusia 2018, la Roja espera interpretar nuevamente ese papel en Catar con un solo objetivo entre ceja y ceja, aunque muchos no se animen a incluirla dentro del lote de candidatos: España quiere ser campeona del mundo y tiene argumentos para justificar sus ilusiones.
La clasificación no empezó bien para una formación a la que le costaba imponer su superioridad tras empatar con Grecia en el debut, vencer in extremis a Georgia y sucumbir en su visita a Suecia. Pero un inesperado traspié de los suecos ante los georgianos en Batumi y la victoria por la mínima en La Cartuja a cuatro minutos del final en la última jornada le permitió garantizar su clasificación directa al certamen catarí en una travesía en la que Ferrán Torres fue su máximo goleador con cuatro dianas. Aunque no fue sencilla su aventura, Luis Enrique fue moldeando y puliendo a su Roja.
Cansado de las polémicas y batallas dialécticas, Luis Enrique publicó un mensaje en su cuenta oficial con la leyenda “solo por poner las cosas en contexto” y una tabla en la que comparaba las actuaciones de su equipo con otras nueve selecciones europeas. El cuadro grita una realidad: España es la única que ha finalizado las cuatro competiciones entre los cuatro primeros puestos. Obsesivo y detallista de sus formas, Luis Enrique se apoya en los resultados ante aquellos que osan criticar un ciclo que le devolvió el fútbol a España.
Después de haber jugado tres Copas Mundiales, Catar 2022 será su primera como entrenador. Tras mostrar buenas credenciales en la Roma y Celta de Vigo, su exitoso ciclo en Barcelona lo catapultó a una Selección que atravesaba años de absoluta inestabilidad. Con personalidad para tomar decisiones complejas -dejar afuera a Sergio Ramos de la convocatoria, sostener a los jóvenes Pedri y Gavi como insignias de su equipo- y defenderlas ante el asedio de los medios, exprimió al máximo los recursos a disposición para edificar a una España sólida cuya fortaleza radica en el colectivo, atrevida con la pelota y firme defensivamente a la que todavía le falta encontrar al delantero que concrete las chances que genera.
Fuente: FIFA