Los New York Jets serán muy precavidos con la salud de su nuevo mariscal de campo, quien espera estar al tope de sus condiciones para el inicio de la temporada regular de la NFL.
Aaron Rodgers, uno de los mejores quarterbacks en la historia de la NFL, no estará en el Juego del Salón de la Fama de 2023 ante los Cleveland Browns como medida de precaución a su estado físico. Los New York Jets no quieren arriesgar a su nueva estrella, quien llegó a la organización tras 18 años en los Green Bay Packers, con los que ganó un Super Bowl.
«En este momento no jugará, creo que hay posibilidad de que lo usemos ante Carolina o Tampa Bay en las prácticas conjuntas, o en el último juego de pretemporada ante Giants», dijo el entrenador de los Jets, Robert Saleh, a ESPN.
Rodgers reestructuró su contrato con los Jets la semana pasada, firmando un acuerdo por dos temporadas y 75 millones de dólares garantizados. El cuatro veces ganador del MVP tenía 110 millones de dólares restantes de su acuerdo con los Packers, pero tras el cambio hecho en el mismo, ahora Rodgers recibirá los 58.3 millones de dólares de una opción en 2024, en el que será el último año del pacto.
«No me importaría jugar en la pretemporada. Si Robert dice ‘vamos’, entonces hagámoslo, pero la mayoría de los entrenadores simplemente tienen ese temor de que surja alguna lesión y prefieren no arriesgarte», expresó Rodgers.
Los Jets adquirieron en abril a Rodgers, la selección número 15 y una de quinta ronda del Draft de la NFL de 2023; mientras que los Packers obtuvieron la escogencia número 13, una de segunda ronda de 2023, una de sexta vuelta y una condicional de segunda ronda en 2024 si Rodgers juega el 65% de las jugadas de los neoyorquinos.
El Juego del Salón de la Fama se realiza desde 1962 y simboliza el inicio de la temporada de la NFL.
Fuente: Fansided