ANAHEIM – Mookie Betts volvió a la acción este martes para el último juego de pretemporada de los Dodgers en el Angel Stadium, luego de superar una enfermedad estomacal que lo había dejado fuera desde el 9 de marzo.
Betts disputó cinco entradas como campocorto y se fue de 3-0 en tres turnos. También tenía previsto enfrentarse a pitcheo en vivo el miércoles —día libre del equipo— pero los Dodgers esperan que esté listo para el Día Inaugural.
“Tendrá una jornada de trabajo con rodados, algo en el terreno y también en la caja de bateo”, dijo el manager de los Dodgers, Dave Roberts, tras la victoria por 4-1 de los Dodgers sobre los Angelinos. “Pero estará listo para el juego inaugural en casa”.
Sus primeros dos turnos en dos semanas no fueron especialmente llamativos, pero en su primera oportunidad corrió a toda velocidad tras conectar un rodado a tercera. En su último turno del partido, Betts hizo buen contacto hacia el centro del terreno, pero el intermedista delos Angelinos, Kevin Newman, estaba bien posicionado para hacer el out.
Defensivamente, Betts tuvo un mayor impacto. En el cierre del segundo capítulo, capturó un elevado de foul bateado por el venezolano Luis Rengifo que se desvió hacia la parte corta del jardín izquierdo. En el quinto episodio, manejó sin problemas un rodado de rutina y sacó a Newman en la inicial.
“Me sentí excelente”, señaló Betts tras el encuentro. “Simplemente emocionado de volver al terreno”.
Una de las preocupaciones principales era el informe de que Betts había bajado a 157 libras desde su peso habitual de juego, que es de 175. Sin embargo, Roberts señaló que para el martes ya había comenzado a recuperar peso y que sus niveles de fuerza se mantenían normales.
“Las pruebas de fuerza que le hicieron reflejan que su fuerza está donde debe estar, lo cual es positivo”, explicó Roberts. “Ya controlamos la deshidratación. Ha podido digerir la comida los últimos días. Todas las señales indican que pasamos la página y nos sentimos bien con cómo llegó al juego de esta noche”.
El propio Betts comentó que, de hecho, se siente más fuerte ahora que antes de enfermarse, aunque reconoció que no sabe cuánto tardará en volver a su peso habitual, ya que nunca había pasado por algo semejante.
“Mi cuerpo ha estado perfectamente bien. Sólo ha sido el estómago, literalmente sólo el estómago”, dijo Betts. “He estado entrenando y haciendo todo con normalidad. Sólo era difícil digerir la comida”.
Aunque sigue bajo la etiqueta de “día a día”, Betts siente que la enfermedad ya quedó atrás y espera estar completamente disponible para el juego inaugural del jueves en casa.
“Jugué el partido”, concluyó. “Una vez que puse un pie en la tierra, ya estoy listo para la acción”.
Fuente: MLB