España disputó en Eslovaquia, en su camino hacia el Eurobasket 2025, el que parecía un trámite disfrazado de duelo trascendental llamado a pasar a la historia no tanto por lo que debía suceder en la pista sino por algunos de los jugadores que estuvieron en ella. Y, efectivamente, tras dos prórrogas a punto estuvo de ser inolvidable… por lo negativo (72-76).
Inmersa la Selección en el periodo de ‘luto’ que supone haber llorado ya la despedida de los ‘Júniors de oro’ y de algunos de sus mejores discípulos, cuando pase el tiempo y se olvide el contexto actual, el choque de Bratislava puede acabar convirtiéndose en un punto de inflexión, en el primer paso hacia una nueva era.
Tres jugadores llamados a heredar la gloria de España, Sergio de Larrea e Izan Almansa -campeones del mundo sub-19 del 2023- y Mario Saint-Supery disputaron sus primeros minutos oficiales a las órdenes de Sergio Scariolo. Fue un golpe en la mesa en una época donde las oportunidades para los jóvenes con sus clubes escasean, deteriorándose con ello su progresión.
Lo hicieron además en un partido importante pese a que la diferencia de nivel entre españoles y eslovacos, a priori, era lo suficientemente grande como para no preocuparse por lo trascendental que era ganar este partido y el siguiente del lunes en Ourense ante el mismo rival.
Porque España, tras caer en los dos primeros encuentros de la fase de grupos ante Letonia y Bélgica, estaba ‘obligada’ a ganar este doble envite para estar en la máxima competición europea de selecciones del próximo verano, para lo cual le vale con quedar entre los tres primeros.
Los visitantes salieron serios, con Fran Guerra poniéndose al frente de las acometidas al anotar 9 de los 13 primeros puntos de los suyos. Y esa concentración les permitió paliar la ausencia de aciertos desde el triple en el primer cuarto y marcharse por delante a los diez minutos (10-14, min.10).
Aquello que no entró desde fuera en ese tramo acabó haciéndolo a ráfagas en el segundo acto. Miquel Salvó primero y Santi Yusta después, este de forma consecutiva, transformaron dos tiros lejanos cada uno para poner las cosas en su sitio y dar a los españoles doce arriba al descanso.
Además de ellos contribuyó también Izan Almansa, considerado por muchos la gran perla del baloncesto español, quien en 05:25 sobre la pista dejó seis puntos y un rebote. Antes se había estrenado en choque oficial De Larrea, más rodado con los ‘mayores’ tras preparar los Juegos de París con ellos. Y poco después, Saint-Supery. Ya estaban todos.
Las vibraciones eran pues buenas a esas alturas, pero un pequeño e imprevisto seísmo agitó el enfrentamiento en forma de parcial de 7-0 en el retorno al parqué. Lo cortó rápido España mediante un triple del capitán Xabi López-Arostegui y se mantuvo en el entorno de la decena de puntos de ventaja hasta que, a falta de minuto y medio para el final del tercer cuarto, volvió a nublarse la tarde.
Todo a partir de ese momento hasta la media hora lo aportó Vladimir Brodziansky, jugador del UCAM Murcia; dos canastas y un triple sobre la bocina que pusieron el 46-48 y metieron el miedo en el cuerpo a una selección española que a día de hoy no está para sustos.
El base aragonés Carlos Alocén irrumpió entonces con temple, paciencia y cinco puntos que bajaron el suflé. Sin embargo, aupada por su público, Eslovaquia no estaba dispuesta a bajar los brazos. Dos canastas seguidas de Mario Ihring y Tomas Pavelka y un triple de Brodziasky situaron a los de casa por primera vez por delante a falta de 04:20.
De inmediato tomaron la delantera de nuevo los de Scariolo por medio de Jaime Pradilla. Y a partir de ahí comenzó un carrusel de errores ofensivos de unos y otros que desembocó en ausencia de puntos y una posesión de los eslovacos a falta de 15 segundos para ganar el duelo.
Falló el triple Ihring, pero capturó el rebote Brodziansky y forzó dos tiros libres. Por suerte para el bando español le tembló el pulso en el segundo de ellos y lo que podía haber sido un drama desembocó en una prórroga que le daba cinco minutos más a los españoles para dejar las cosas en su sitio.
En el tiempo extra las equivocaciones ofensivas continuaron sucediéndose, tanto que en tres minutos y medio solo se habían visto tres puntos, uno de los de casa y dos de los de fuera. Apareció entonces Simon Krajkovic con un triple que terminó de romper el choque.
Pudo el base sentenciar en una entrada a canasta fallida e igualar Alberto Díaz con un triple liberado. Nada entró y se dio paso a una sucesión de tiros libres que permitió a los eslovacos afrontar con tres puntos arriba y posesión las últimas cuatro décimas. Sacó de fondo el equipo de casa, se durmió Brodziansky, recuperó Yusta y metió un triple imposible en escorzo que se dio por válido tras revisión. Una acción impensable que forzó la segunda prórroga (67-67, m.45).
El nuevo añadido arrancó con un triple de Kajkovic que metió en órbita a los suyos hasta que un libre de Yusta y un triple de Salvó ubicaron a los de rojo con dos de renta favorable a falta 01:15. Finalmente fue el propio Salvó, con un rebote y los dos libres que le siguieron, el que puso la guinda y acabó con el sufrimiento. Visto lo visto, y a pesar de la ausencia de muchos nombres importantes en el equipo, el tránsito hacia una nueva generación se puede hacer largo.
Fuente: ACB