Ivana Kroll tiene 30 años y la Copa del Mundo de Qatar 2022 es su tercer mundial como hincha. Sus apariciones en los estadios generaron controversias por vestir prendas que no se atan a las recomendaciones de las autoridades qataríes.
Fue a todos los partidos que disputó Croacia en el Mundial. Asistió al estadio Al Bayt para el 0 a 0 contra Marruecos, fue al estadio internacional Jalifa para la victoria 4 a 1 sobre Canadá, visitó el estadio Ahmad bin Ali para otro empate en cero contra Bélgica y no faltó en el estadio Al Janoub en la clasificación a cuartos de final luego del triunfo por penales ante Japón después de igualar 1 a 1 en el tiempo regular. Las agencias internacionales la encontraron entre el color de la tribuna. Los medios de comunicación de todo el mundo empiezan a hablar de ella.
En el debut de Croacia lució un traje largo y ajustado que delineaba su figura. Para el segundo duelo, apostó por un vestido corto que dejaba libres sus piernas y sus hombros. En el tercer partido, se vistió con una calza y un crop top. En octavos de final, repitió el formato: un pantalón y una remera corta. Ivana Kroll parece haber probado los límites de la aceptación local la primera vez con su catsuit con capucha. A medida que pasaban los encuentros, fue incrementando el tono de su exposición: lucía cada vez más piel descubierta. Sus outfits coincidieron en los cuadrados rojos y blancos insignia de la bandera croata y en el grado de sugestión: siempre apeló a un atuendo apretado y llamativo.
En su cuenta de Instagram tiene 1,3 millones de seguidores y 24 publicaciones desde su arribo a Qatar. Entre ellas, el extracto de un video de una cadena de televisión local que la enfoca en la tribuna subiendo las escaleras y dos fotos en las que hinchas locales recurren a sus teléfonos celulares para documentar su paso entre el público. Ella luce agradecida con la difusión. Precisamente la viralización de este retrato disparó la fama de la hincha croata. Y con la popularidad, también la controversia.
En Qatar, las mujeres nativas tienen prohibido vestirse como Ivana Kroll. No pueden utilizar escotes pronunciados ni remeras o blusas con los hombros descubiertos, no pueden usar vestidos ni shorts por encima de las rodillas, no pueden lucir pantalones rotos o rasgados, no pueden hacer topless en la plata. Para las mujeres turistas, las autoridades emitieron ciertas recomendaciones en pos de una flexibilización de las fronteras éticas de la religión musulmán: no utilizar escotes pronunciados, remeras o camisas con hombres descubiertos, vestidos o shorts cortos, pantalones rotos o rasgados. Estos rasgos de permisividad obedecen a un plan de promoción turística y una licencia por las altas temperaturas.
Mohammed Hassan Al-Jefairi, un empresario local con ascendencia en la comunidad y en el gobierno local, respondió en redes sociales cuál era el supuesto interés de los hinchas locales que filmaron el descenso de Kroll por las escalinatas del estadio. Dijo que lo hacían para documentar su falta. “Solo para su información, no toman la foto porque ella les guste, sino porque no les gusta la forma en la que va vestida, de forma inadecuada para nuestra cultura. Lo puede confirmar con cualquier qatarí. Probablemente sea para denunciarla”. Ante las acusaciones, ella respondió que no tiene miedo de que la arresten.
No es la primera vez que asiste a una Copa del Mundo. La mujer nacida en Frankfurt, Alemania, en septiembre de 1992, hija de padres croatas y finalista de Miss Mundo Croacia en 2016, ya presenció los Mundiales de Brasil 2014 y Rusia 2018. En ambas ediciones hizo lo mismo: mostrarse con trajes y vestidos seductores. La polémica de su vestimenta se restringe a las prohibiciones, las censuras y la discriminación que sufren las mujeres en Qatar.