Los Angeles Lakers aprovecharon las bajas de los Suns para sumar la primera victoria a su casillero. El cuadro de Arizona se presentó en el Crypto.com Arena sin Devin Booker ni Bradley Beal, pero con un Kevin Durant dispuesto a dar guerra que obligó a los locales a tirar de épica para llevarse el choque. De hecho, Phoenix llegó a tener el duelo en su mano, y solo un descomunal último cuarto por parte de los de Darvin Ham evitó que acabaran llevándoselo.
Convertido en la única estrella, KD asumió el peso de los suyos sobre sus hombros y estuvo a punto de obrar una machada casi en solitario. Pese a que los 8 minutos y medio que pasó en el banquillo se saldaron con un parcial de -23 para los Suns, sus 39 puntos estuvieron cerca de valer un milagro, pero cuando llegó la hora de la verdad el trabajo realizado durante los tres primeros cuartos le pasó factura. El alero no fue el mismo en el cuarto parcial que en los tres anteriores, pues tuvo que tirar del carro más en solitario aún y fue presa del cansancio y de la agresiva defensa local.
Y es que, tras tres cuartos, Durant sumaba 30 tantos y tenía a Phoenix 12 arriba, pero el guion del duelo cambió radicalmente en los últimos 12 minutos. La salida en tromba de los Lakers apretó el marcador en los minutos en los que Kevin descansaba, y esta vez ni siquiera su regreso sirvió para retomar el control. Los ataques visitantes se convirtieron en cuatro figuras estáticas viendo cómo el 35 intentaba inventar algo, lo cual no sucedió en la mayoría de las ocasiones por mucho que lo probase. E involucrar a otros tampoco servía, porque hasta que Brandon Goodwin anotó una bandeja a falta de 9 segundos para el final, nadie que no fuese KD logró sumar un punto para Phoenix en el cuarto periodo.
Y mientras los de Arizona lucían exhaustos, el hombre que lleva 21 temporadas en la liga emergió como gran figura local. Como si los años no pasaran por él, LeBron James jugó cada segundo del último cuarto para asumir el mando de unos necesitados Lakers con sus internadas hacia el aro, sus bandejas en el clutch, sus pases, y sus carreras de un lado a otro de la pista impropias de unas piernas que han corrido y bregado tanto como las suyas. Tras anotar 10 puntos en los cuarto parcial, el alero terminó con 21, a los que añadió 9 asistencias y 8 rebotes con los que redondear su actuación.
A su lado, Anthony Davis se hizo también grande aprovechando los problemas de faltas de Jusuf Nurkic, que dejaron a Vogel sin recursos en la pintura y dieron pista libre a la Ceja para irse hasta los 30 tantos y 13 rebotes. Tras dejar muchas dudas en el debut liguero, el pívot no se vino abajo esta vez en la segunda parte, y fue clave tanto finalizando en aro rival como protegiendo el propio en el parcial de 28-11 que culminó la remontada.
El cuadro de Ham evita así una derrota que habría sido muy dolorosa dadas las ausencias de Phoenix, pero no evita quizás la sensación de que hay todavía muchas cosas por mejorar, especialmente en ataque. La de esta madrugada estuvo lejos de ser una victoria lucida para los Lakers, que tienen que seguir encontrándose a sí mismos para volver a ser el equipo temible que fueron a finales de la temporada pasada.
Fuente: Nbamaniacs