LAS VEGAS (AP) — A la pregunta sobre cómo planeaba celebrar su cuarto campeonato consecutivo de la Fórmula 1, Max Verstappen escudriñó la sala en busca de una gota de alcohol.
“Bueno, se me acabó la cerveza, así que no sé”, dijo. “Quizás otra más, y luego tal vez cambie a algo diferente. Ya no necesito conducir, así que no hacemos eso de beber y conducir. No necesito hacer eso”.
De hecho, Verstappen puede hacer lo que quiera después de terminar quinto el sábado por la noche en el Gran Premio de Las Vegas para acabar por delante de Lando Norris de McLaren y asegurar el título con dos carreras cuando aún quedan dos carreras esta temporada.
El piloto de Red Bull es ahora un rey de Las Vegas, un año después de que llegara a la Ciudad del Pecado con un actitud muy negativa sobre la extravagante carrera en el famoso Strip. Ganó y cambió completamente de opinión el pasado noviembre cuando el holandés incluso cantó “Viva Las Vegas” al cruzar la línea de meta.
Ahora logró en el circuito callejero convertirse en apenas el sexto piloto en la historia de la F1 que conquista al menos cuatro títulos. Verstappen nada más necesitaba terminar por delante de Norris para ganar el título. Comenzó quinto, pero ya estaba en segundo lugar en la décima vuelta y Norris nunca lo desafió.
Terminó la carrera con 63 puntos sobre Norris a falta de dos carreras esta temporada, una posición que Verstappen dijo que nunca esperó estar, aunque es hijo de un ex piloto de F1. Su padre, Jos, incluso fue compañero de equipo de Michael Schumacher, uno de los mejores en la historia de la F1.
A pesar de estar rodeado de grandeza, Verstappen insistió en que nunca esperó que su propia trayectoria fuera tan exitosa.
“Cuando estás creciendo compitiendo con algunos pilotos legendarios, es muy impresionante que pueda estar en el podio, cuando sea”, dijo. ”¿Ganar un campeonato? Ya es bastante difícil ganar uno, y luego, por supuesto, también necesitas un poco de suerte para estar en la situación correcta del equipo para tal vez ganar más. Afortunadamente, lo hicimos”.
El equipo alabó a su campeón tan pronto como terminó la carrera.
“Max Verstappen, eres campeón mundial por cuarta vez”, le dijo el director de la escudería Red Bull, Christian Horner, al piloto por la radio. “Eso es un logro fenomenal, fenomenal. Puedes estar increíblemente orgulloso de ti mismo como lo estamos nosotros”.
Verstappen sonó inusualmente emocionado en la radio.
“Oh Dios mío, qué temporada. Cuatro veces. Gracias, gracias chicos”, dijo. “Lo dimos todo”.
La carrera fue ganada, mientras tanto, por George Russell quien fue seguido por Lewis Hamilton en el primer 1-2 para los pilotos de Mercedes desde 2022. Hamilton remontó desde el décimo lugar en la parrilla, dos semanas después de una carrera desmoralizante en Brasil.
El dúo cruzó la línea de meta bajo una bandera a cuadros ondeada por el actor Sylvester Stallone.
Carlos Sainz Jr. terminó tercero con su Ferrari. El campeonato de constructores sigue siendo una batalla reñida entre el líder McLaren y Ferrari. Charles Leclerc, con el otro Ferrari, fue cuarto.
Red Bull había ganado el título que paga aproximadamente 150 millones de dólares en premios en dinero las últimas dos temporadas pero ha retrocedido al tercer lugar en la clasificación. El mexicano Sergio Pérez, al volante del otro Red Bull, entró décimo.
Esa batalla por el campeonato parece dirigirse al final de temporada del próximo mes en Abu Dabi. McLaren tiene una ventaja de 24 puntos sobre Ferrari de cara a la carrera de este fin de semana en Qatar después de que Norris y Oscar Piastri terminaran sexto y séptimo en Las Vegas.
“Max merecía ganarlo. Condujo una temporada mejor que yo, lo merecía más que nadie”, dijo Norris. “Max simplemente no tiene debilidades. Cuando tiene el mejor auto, domina y cuando no tiene el mejor auto, siempre está ahí”.
Verstappen, mientras tanto, hizo fácil trabajo de Norris después de una temporada donde el piloto de McLaren lo presionó más de lo que había sido desafiado desde el primer título de Verstappen en 2021.
“Estar aquí como campeón mundial cuatro veces es algo que nunca pensé que sería posible”, Verstappen le dijo al actor Terry Crews, quien moderó la conferencia de prensa del podio celebrada frente a las famosas fuentes del Bellagio.
“Fue una temporada muy desafiante y tuve que estar tranquilo. Creo que esta temporada me enseñó muchas lecciones y lo manejamos bien como equipo, así que eso por supuesto hace que sea una temporada muy especial y hermosa”, añadió.
Verstappen, quien tiene 27 años, ganó 19 carreras el año pasado. Comenzó esta temporada en una racha pero una larga sequía de victorias desde junio hasta Brasil hace dos semanas lo tiene en solo ocho victorias, su menor cantidad desde 2020.
Verstappen preguntó en el Bellagio qué hora era, señalando que estaba en Las Vegas y “tengo mucha sed”. Tenía una celebración con champán esperándolo.
Verstappen igualó al ex piloto de Red Bull Sebastian Vettel como campeones cuatro veces para el equipo.
Este fue el segundo año de la carrera después de que su debut fuera un poco desastroso con los lugareños furiosos durante meses por la construcción continua, así como desvíos de tráfico y retrasos, la incapacidad para acceder a muchos negocios locales y el aumento exorbitante de precios por parte de la industria turística así como la venta de entradas. Luego, una tapa de válvula suelta casi destruye el Ferrari de Sainz minutos después del primer entrenamiento.
Causó un retraso de horas para las reparaciones, los aficionados fueron expulsados del circuito y la F1 realizó prácticas hasta las 4 de la madrugada, cuando legalmente tuvo que reabrir las calles al público.
Este año ha sido mucho menos agitado, en parte porque todos los dolores de cabeza de la infraestructura quedaron atrás. Pero también porque la carrera del año pasado fue espectacular. A pesar de todas las complicaciones, la carrera fue una de las mejores de la temporada.
Russell comenzó en la pole por delante de Sainz.
“Esperaba que Las Vegas tuviera algo que ofrecerme después del año pasado, pero me conformaré con un podio”, dijo el español Sainz. “Estaba mirando cada alcantarilla, evitándolas esta vez”.
La carrera es la última parada en Estados Unidos para la F1, que ha explotado en popularidad estadounidense en los últimos cinco años. El trío de carreras en Miami, Austin y Las Vegas supera a cualquier otro país.
La próxima semana, se espera que la F1 anuncie que expandirá la parrilla a 11 equipos para hacer espacio para un equipo estadounidense respaldado por la marca Cadillac de General Motors. El anuncio del equipo estadounidense no se hizo durante el fin de semana para evitar quitar atención del Gran Premio de Las Vegas, que es el evento principal del portafolio de Liberty Media.
La carrera atrajo a 306.000 aficionados durante tres días.
Fuente: AP