Este pasado lunes, se hacía público que Minnesota Wild destituía a Dean Evason como entrenador jefe del equipo, junto a él, también le llega el finiquito a su ayudante Bob Woods. Es el segundo técnico cesado esta temporada tras la salida de jay Woodcroft de Edmonton para ser sustituido por Kris Knoblauch. La derrota frente a Detroit Red Wings por 4-1 aumentaba la racha de partidos sin ganar a siete, con un balance de 0-5-2, que ha colmado la paciencia de los dirigentes del equipo que han decidido cortar por lo sano y tratar de revertir una situación que ha llevado al equipo a los sótanos de la clasificación siendo además el segundo más goleado de toda la NHL.
Una situación muy lejana de las expectativas de la franquicia, que esperaba alcanzar un año más la postemporada para tratar de romper la barrera de la primera ronda que se les resiste en las cuatro últimas temporadas.
Una misión que iniciaba sin poder hacer grandes cambios en la plantilla, ya que el límite salarial todavía aprieta por las rescisiones de los contratos de Zach Parise y Ryan Suter hace dos años. Así que toca a los que ya estaban presentes dar el do de pecho para alcanzar los objetivos deportivos, y ni Matt Boldy, en el primer año de su extensión ni Kirill Kaprizov, destinado a ser la locomotora del ataque de la franquicia están teniendo un año mínimamente decente.
Pero el hecho de estar romos en ataque, podría ser más tolerable en el caso de poder mantener su portería segura, y nada más lejos de la realidad. Ni Filip Gustavsson ni Marc-André Fleury muestran fortaleza bajo los tubos, y el líder de la defensa, Jared Spurgeon, ha mostrado un buen nivel de juego tras perderse 13 partidos por lesión. Déficit en ataque y en defensa que ha acabado traduciéndose en esta racha y en la caída del cuerpo técnico.
Fuente: NHL