En medio de un ambiente cargado de dolor, admiración y recuerdos, el exjugador de Grandes Ligas Neifi Pérez ofreció unas emotivas palabras durante las honras fúnebres de su hermano, el legendario merenguero Rubby Pérez, llevadas a cabo este jueves en el Teatro Nacional Eduardo Brito.
“En esta tragedia he perdido dos hermanos: uno de sangre y uno que me dio la vida: Rubby Pérez y Octavio Dotel. Estoy agarrado de Dios, y que sea lo que Él decida”, expresó visiblemente conmovido Pérez, al referirse también al fallecimiento del exlanzador de Grandes Ligas Octavio Dotel, otro de los afectados por el trágico derrumbe del club nocturno Jet Set.
Neifi, recordó que su hermano Rubby era “una persona de trabajo, incansable, apasionado por su arte y siempre con una sonrisa”. Añadió que ese espíritu de esfuerzo y dedicación “es el legado que él me dejó, y trataré de seguirlo siempre”.
El expelotero relató que la noche de la tragedia habló con su hermano cerca de las 2:00 de la madrugada:
“Me decía en broma que yo no lo quería. Yo le respondí: ‘Tú sabes que te amo’. Estaba feliz. “En los últimos tres o cuatro meses, cada vez que hablábamos, que era dos y tres veces al día, él se sentía contento, lleno de vida”, contó.
Pérez también aclaró que, aunque ha circulado desinformación en redes sociales, él estaba en Estados Unidos al momento del derrumbe y recibió la llamada de emergencia pasada la una de la madrugada. “De inmediato compré un vuelo para venir. Sabíamos que él todavía estaba ahí. “Fue muy duro”, dijo.
Sobre su hermano, Neifi destacó que Rubby, aunque soñaba con ser pelotero, no pudo continuar por una lesión. “Muchas veces tuvimos contradicciones, porque a mí me gustaba la música y él quería jugar pelota. “Pero al final hicimos lo que Dios quiso para cada uno”, compartió.
El homenaje contó con la presencia de numerosas figuras del arte, el deporte y la política. El ambiente en el Teatro Nacional fue solemne, con aplausos, lágrimas y merengues que recordaron la inmortal voz de Rubby Pérez, ícono de la música dominicana.
Rubby Pérez, conocido por su potente voz y su impacto en el merengue, falleció trágicamente junto a decenas de personas cuando el techo del club colapsó durante un concurrido evento.