¿Logrará la vencedora de Rusia 2018 revalidar su corona? De hacerlo, sería una gesta única en la historia de la Copa Mundial de la FIFA en el siglo XXI.
Brasil lo consiguió en 1958 y 1962. Pero desde entonces, la vigente campeona ha salido a menudo mal parada en la edición siguiente. «Ante nosotros se alza un reto extraordinario», declaró Guy Stéphan, segundo de a bordo de Didier Deschamps. Evidentemente, la tarea se presenta complicada para la Tricolor, y como dijo a FIFA+ Benjamin Pavard, «todo el mundo va a querer derrotarnos».
Y sin embargo, todo parece posible para estos Bleus, rebosantes de talento en todas las demarcaciones. Liderados por su capitán, Hugo Lloris, que en Catar podría convertirse en el jugador con más convocatorias internacionales de la historia de Francia, la Tricolor tiene a su disposición a muchos de los mejores jugadores del momento, como Karim Benzema, Kylian Mbappé, N’Golo Kanté, Antoine Griezmann u Ousmane Dembélé.
La cantera parece también inagotable en esta selección, como demuestran las actuaciones de Aurélien Tchouaméni (Real Madrid), Christopher Nkunku (RB Leipzig), Randal Kolo Muani (Eintracht de Fráncfort), William Saliba (Arsenal) o Jules Koundé (FC Barcelona), entre otros. Todos podrían figurar en la lista de los 26 elegidos que Didier Deschamps anunciará el 9 de noviembre.
Sobre el papel, el Grupo D parece asequible para Francia. Túnez no tiene apenas experiencia a ese nivel, con tan solo cinco participaciones previas en la Copa Mundial, contra las 15 de los Bleus. Australia trajo suerte a los galos en Rusia 2018, que salieron airosos en su duelo en la primera jornada (2-1). Indudablemente y ante todo, habrá que tener cuidado con Dinamarca, nueva bestia negra de Francia. Efectivamente, Francia no gana frente a los de Christian Eriksen desde hace siete años, y sus dos últimos encuentros, en junio y septiembre en el marco de la Liga de Naciones de la UEFA, se saldaron con otras tantas victorias para los daneses.
Fuente: FIFA