MELBOURNE, Australia (AP) — Cuando Madison Keys finalmente certificó su victoria por 5-7, 6-1, 7-6 (10-8) sobre Iga Swiatek en una semifinal del Abierto de Australia de alta intensidad y calidad el jueves por la noche, salvando un punto de partido, la estadounidense de 29 años se agachó en la cancha y colocó una mano sobre su gorra blanca.
Le costaba creerlo todo. La remontada. Lo que Keys llamó un “final extra dramático”.
La victoria sobre Swiatek, la campeona de cinco Grand Slams y que había tenido el paso más dominante en Melbourne Park 12 años. Y ahora la oportunidad de jugar en su segunda final de un Slam, una larga espera después de ser subcampeona del Abierto de Estados Unidos en 2017.
“Todavía estoy tratando de asimilar todo lo que está sucediendo”, dijo Keys, sembrada número 19, quien enfrentará a Aryna Sabalenka, la bicampeona defensora y número 1, por el trofeo el sábado.
“Sentí que solo estaba luchando para mantenerme en el juego. … Fue tan cambiante y hubo tantos puntos importantes”, añadió.
Para estar segura, Keys preguntó si Swiatek — la segunda cabeza de serie — estuvo, de hecho, a un punto de la victoria. Sí, Madison, lo estuvo, cuando sacó con un 6-5, 40-30, pero dejó un revés en la red, y luego sufrió un quiebre de saque por doble falta, enviando el partido a un desempate a 10 puntos, ganando por dos.
“Sentí que me desvanecí en algún momento, corría de un lado al otro”, dijo Keys.
Lo que fuera que estuviera haciendo, funcionó. Keys ganó más juegos en la semifinal que los 14 totales que Swiatek había perdido en sus cinco partidos anteriores durante las últimas dos semanas.
A primera hora, Sabalenka venció 6-4, 6-2 a su buena amiga Paula Badosa. Sabalenka, una bielorrusa de 26 años, puede convertirse en la primera mujer desde 1999 en completar un triplete aquí.
“Si juega así, quiero decir, ya podemos darle el trofeo”, indicó Badosa, sembrada número 11.
Keys podría tener algo que decir al respecto.
Aún así, Sabalenka ganó su primer trofeo importante en Melbourne Park en 2023, y desde entonces ha agregado dos más: en Australia hace un año y en el Abierto de Estados Unidos el pasado septiembre.
La última mujer en alcanzar tres finales consecutivas en el primer torneo de Grand Slam del año fue Serena Williams, quien ganó dos de 2015 a 2017. Martina Hingis fue la última mujer con un triplete, lográndolo de 1997 a 1999.
“Tengo la piel de gallina. Estoy muy orgullosa de mí misma”, dijo Sabalenka.
Swiatek no había cedido un solo juego de servicio desde la primera ronda, pero fue quebrada tres veces por Keys en el mismo primer set y ocho veces en total.
Eso incluyó cada una de las dos primeras veces que Swiatek sacó, dejando claro desde el principio que este no sería su día habitual. Y aunque Swiatek logró ganar el primer set, fue abrumada en el segundo, quedando 5-0 antes de ganar un juego.
Esta fue la gran Keys en su mejor momento. Cumplirá 30 años el próximo mes y, por sugerencia de su entrenador, el exjugador Bjorn Fratangelo —quien también es su esposo— decidió probar una nueva raqueta esta temporada, un esfuerzo tanto para ayudarla a generar potencia fácilmente como para aliviar algo de tensión en su hombro derecho.
Ciertamente ha dado dividendos inmediatos. Keys ahora está inmersa en una racha de 11 victorias, incluyendo el título en un torneo de preparación en Adelaida.
Fue suficientemente buena para superar este, que fue tan ajustado hasta el final.
“Al final, siento que ambas estábamos lidiando con algunos nervios… Se convirtió en quién podía conseguir ese punto final y quién podía ser un poco mejor que la otra”, dijo Keys. “Y estoy feliz de que fui yo”.
Sabalenka iba perdiendo 2-0, 40-0 al inicio pero rápidamente entendió las cosas, especialmente una vez que el techo retráctil de la Rod Laver Arena se cerró en el primer set debido a una llovizna. Ajustó sus golpes y dominó a Badosa, quien venía de eliminar a la número 3 Coco Gauff para alcanzar su primera semifinal en un grande.
“Empezó a ser muy, muy agresiva”, Badosa, quien pensó en retirarse el año pasado al padecer con una fractura por estrés en la espalda. “Todo estaba funcionando”.
Sabalenka y Badosa hicieron lo posible por evitar cualquier contacto visual durante gran parte de la noche, ya sea en la red para el sorteo o cuando se cruzaban en los cambios de lado.
Cuando su partido terminó, se encontraron para un largo abrazo.
Durante la entrevista en la cancha de Sabalenka, bromeó sobre llevar a Badosa —quien para entonces estaba sentada en un pasillo, con la cabeza inclinada— de compras para compensarla, pagando por lo que la española quisiera.
Al saber lo que dijo Sabalenka, Badosa señaló: “Va a ser algo realmente caro”.
Fuente: AP